Nuestra oficina

Nuestra primera oficina se pasea entre "lo que tu cabeza imagina" y la realidad...

es una habitación de hotel que hemos diseñado personalmente para llevar la narrativa y el concepto de The Foyer de lo intangible a lo tangible.

Una habitación propia donde nuestros clientes y proyectos se mezclan con nuestra huésped permanente: la creatividad.

Cuando llegué era invierno y parecía que el interior de esas ventanas estuviera rociado del vapor de una calidez refinada. Miré hacia lo alto y, como si fuera una llama de abajo a arriba, vi que la luz candente subía por todas las ventanas que se exponían en la fachada aunque cada una con un determinado decoro, insignia de una escogida privacidad.

Llamé a un timbre que parecía algo más obsceno, artístico o circense que una campanilla a secas. Y me encontré juzgándome por ver todo eso en lo que, en realidad, era solo un timbre. Aunque me parecieran dos pechos caídos, o dos cojones fatigados, o dos gotas de agua llenas a rebosar o dos globos del revés en el momento en el que empiezan a deshincharse. Fuera como fuese, toqué el timbre con la mano entera y, en ese momento, aún no sabía cómo me cambiaría el lugar en el que iba a entrar por primera vez, aunque no por última. Sin duda, ese sitio ahuyentaba la indiferencia.

Abrieron la puerta dos mujeres de unos treinta años, con pijamas de seda, uno verde y otro coral, ambas con zapatillas de hotel. A una le caían por los hombros unos bucles castaños que la convertían en una presencia entre tribal y de bámbola. Sus ojos eran de algún modo rasgados de más y, ese de más, se lo daba el ingrediente claroscuro que escondía su mirada y serenaba su sonrisa. La otra, con un pelo más cortito parecía que usaba cada segundo para captar algo de mí. Me dio la mano, firme, sin dudar. Luego me pisó la zapatilla con la suya y convirtió la seriedad en una carcajada común: el preámbulo de una fiesta compartida.

-Welcome to The Foyer. Solo dijeron esto, sin esperar respuesta, sin esperar que yo esperara que ellas dijeran algo más. -Lo que tu cabeza imagina como un hotel boutique en el que cada habitación guarda una solución narrativa para ti... Check-in y reserva una habitación.

Marta y Blanca